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Gartenleben
Homenaje a una colonia de jardines ya desaparecida en Friburgo 

www.gartenleben-freiburg.de

 

Un conglomerado de huertas situado en el barrio de Stühlinger solía aportar una cuota de bienestar comunitario en Friburgo, ciudad del sur alemán conocida por su cercanía al Schwarzwald (la Selva Negra), su constante brillo solar, la calidad de sus vinos y la armonía medieval de su casco antiguo. Solía, porque en 2020 empezaron las obras que convirtieron a este lugar en un polvorín.

Higuera joven en una de las parcelas de la colonia de jardines en Stühlinger, uno de los barrios más importantes de Friburgo.

Los miembros de Gartenleben, una asociación promotora de más biodiversidad y educación mediante los huertos urbanos, cubrían esta antigua llanura con hortalizas, algunas higueras, hierbas y especias. El sentido de sus actividades consistía en brindar un ecosistema según las premisas del planeamiento urbano sostenible (adaptación al cambio climático, siembra de flores adecuadas para polinizadores, oxigenación del medioambiente), producir alimentos en la ciudad, y fomentar el diálogo intercultural.

 

Sin embargo, la colonia fue sacrificada para habilitar el nuevo complejo de la municipalidad de Stühlinger, decisión que los huerteros intentaron revertir mediante sendas reuniones con el ayuntamiento y una incesante campaña por redes sociales para que Friburgo, percibida en el resto de Alemania como una grüne Stadt, honrase su fama verde y permitiese al menos la conservación de un fragmento del jardín. Los intentos no llegaron a buen puerto: este enclave huertero de más de 100 años y 69 parcelas sucumbió y pronto será cubierto por el cemento.

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Thomas Wacker –miembro de Gartenleben– en 2018, cuando el jardín aún existía. "Las ciudades deben prepararse para lidiar con periodos de calor extremo y sacrificar superficies verdes no es la solución".

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Una de las funciones de estos huertos era brindar sustento a las colonias de abejas (y a un sinfín de insectos). La sofocación de enclaves biodiversos en la ciudad supone mayor estrés (y una progresiva desaparición) para estas especies.

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En algunos sectores del jardín se disponían "pueblos de erizos". Dichos animales anidaban en los bordes del Lesegarten.

Alameda de la Sundgaualle en el barrio de Stühlinger. Allí se ubicaba el ingreso al Jardín de la Lectura que gestionaba Gartenleben.

Los quehaceres de este colectivo fueron reconocidos por la ONU en el marco de la Década de la Biodiversidad (2011-2020) por su aporte a la cohesión social con fines medioambientales. 

El desenlace de Gartenleben expone cuán tensas pueden llegar a ser las desavenencias entre iniciativas civiles e instituciones gubernamentales respecto de la gestión de un espacio público. El trabajo huertero –al margen de la contribución alimentaria– aportaba un microclima que beneficiaba a todo el barrio y exponía el concepto de espacio libre para personas y animales. Frente a ello, las prestaciones climáticas de parques sin mayor biodiversidad son más bien menores.

 

La asociación continúa con sus labores de difusión en pro de un Friburgo que contemple un planeamiento urbano que reconozca el valor ambiental, pedagógico y alimentario de la agricultura urbana. Aunque las huertas ahora sean un pampón gris, Gartenleben mantiene sus quehaceres en la trinchera informativa.

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Gartenleben (colectivo de huerteros de Lehener Wanner).

Friburgo

El área que acogía a las parcelas se encuentra en proceso de construcción.

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