Todas estas recetas las elaboro tomando en cuenta la hibridación cultural, el uso de higos y cereales y el aporte de nutrientes valiosos, siempre mediante procesos tradicionales tanto en el Mediterráneo como en diversas culturas precolombinas (marinado y secado).

El aporte “del futuro” considera el uso de espejos para el horneado solar y ventiladores fotovoltaicos, los cuales ayudan a preservar la vida útil de frutos poco usuales en las mesas (de la actualidad) como el pacay, aún cuando su presencia fuera más que habitual en los sistemas alimentarios del Antiguo Perú. La anchoveta, otro elemento común en las dietas de antaño de la costa peruana –ahora convertida en un insumo para elaborar harina exportable– también recibe un homenaje gracias a la vinagre de higo.

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Esta selección trata de ser variada en sus orígenes, así la cantidad de insumos sea limitada. Los higos semisecos a la griega, la miel de monte (sobre todo de hipéricum), el pan de higo que rinde homenaje a Mallorca, las anchovetas de don Efraín Morales (Lima), la semilla de hinojo (de notable valor para la medicina ayurvédica) y el centeno germinado y secado (no malteado) son algunos de protagonistas de esta serie, inspirada en diversos tratados medicinales de antaño.

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