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Pan (y alimentos) del sol
Los hornos solares, herramientas livianas y ecológicas, nos ayudan a hornear, esterilizar y tostar varios productos del campo de forma autárquica y amigable con nuestro entorno. El principio es simple: térmica solar. Los espejos posibilitan el flujo constante de fotones, el interior oscuro eleva el calor (hasta 130 grados), mientras que la lana de oveja lo aísla y lo mantiene.
El horno solar ULOG fue una invención del ingeniero suizo Ulrich Öhler, quien desarrolló el modelo en los 80. Fácilmente transportable, esta cajita ha encontrado aplicaciones en diversos puntos de Europa Central, África y Latinoamérica. El modelo que adapté a la aridez del valle arqueológico de Siguas ha servido para hornear pan integral, infusionar aceites, elaborar conservas y purificar cera de abeja.
El pan integral, con variedades antiguas de trigo, se puede elaborar con la luz del sol sin desarrollar el menor indicio de acrilamida. El trigo, quizás el cereal que mejor canaliza los impulsos solares, conserva sus aromas en estos panes densos, más cercanos a las robustas hogazas de la panadería de antaño, la cual –en el valle– se nutría de una agricultura diversa y de un sistema alimentario variado.
El paximadia griego, el pan ácimo o el gofio se cuecen sin quitarle protagonismo al pan mestizo sigüeño. Otro preparado que prospera muy bien en el horno solar es el bucellatum, un galletón integral que servía de base para las meriendas de las tropas de la Antigua Roma. También se tuestan los granos de trigo verdes para elaborar el trigumpe, una receta campestre muy popular en el valle y que se preparaba en octubre, cuando las espigas aún no habían madurado.

Cada unidad pesa seis kilos y es fácilmente transportable.

El horneado de pan ácimo procede sin problemas en el mismo trigal.

Pan integral con suero (resultado de la cuajada con leche de higuera) e higos secos.

Las bucellatums, la base de la alimentación del soldado romano (Díaz Simón, "Alimentos con Historia".

El Hutzelbrot (harina integral, peras, nuez moscada e higos secos).

Brezel de pura harina integral (molida a mano) con semillas de higo seco.

Pan de frutas con harina integral, masa madre e higos secos.

Homenaje al Pumpernickel de Westfalia.

Horneado del Hutzelbrot y de dos panes integrales con manzana seca.

Detalle del pan de molienda gruesa con nueces e higos.

Esta versión del Panforte medieval se orea con un poco de sol.

Purificación de cera de abeja proveniente de los altos del valle de Siguas.

Bálsamo de higuera con cera de abeja (receta de la abadesa Hildegard von Bingen).

Pomada solar de molle y cera de abeja.

Horneado del Früchtebrot.

Hutzelbrot con trigo germinado, duraznos secados al sol, tarwi e higos.

El café de higos tostado a puro sol.

Pan integral con manzanas al 40% e higos.

Trigo germinado y secado con el Hohenheim junto a higos secos.

Früchtebrot de trigo germinado.

El ULOG al lado del trigal. Con una temperatura de 140 grados, su multifuncionalidad se deja sentir en todo el campo.

Laboratorio solar al lado de higueras antiguas (el horno ULOG y el secador Hohenheim).
Agradecimientos especiales a Rolf Behringer e Irina Wellige de Solare Zukunft e.V. en Friburgo por difundir los beneficios (productivos y pedagógicos) de la cocina solar y la fotovoltaica. El libro que inspiró este proyecto (Kochen mit der Sonne, Cocinando con el sol) de hecho tiene como autor a Behringer, quien junto a Michael Götz expuso una serie de usos gastronómicos para el horno ULOG en todo el mundo.
Más información sobre cocina solar en www.solarezukunft.org.